Palacio del Buen Retiro
Esta vivienda se encuentra sobre lo que un día fue el Palacio del Buen Retiro, durante un tiempo cabeza del Imperio de los Austrias y más tarde, residencia de Borbones.
Ubicado en el extremo oriental de Madrid, el palacio del Buen Retiro tuvo su origen en la ampliación de un pequeño aposento real unido al monasterio de San Jerónimo (Cuarto Real). En un breve espacio de tiempo (1633-1640), el complejo palacial se fue conformando mediante la sucesiva adición de espacios de nueva construcción: cuartos reales, dos plazas abiertas para la celebración de justas y corridas de toros -la Plaza Principal y la Plaza Grande-, el Salón de Reinos, el Patio del Emperador, el Patio de los Oficios, el Casón -destinado a sala de bailes- y el Coliseo, dedicado a la representación de comedias y tramoyas.
El Rey Planeta
Carlos II, Carlos III, Felipe II o Felipe IV, el Rey Planeta. Los hombres más poderosos de aquel mundo hicieron de las sucesivas edificaciones, jardines, ermitas y estanques una magnífica residencia de descanso. El actual Parque del Retiro (una reducción de lo que fue el original) la iglesia de San Jerónimo o el Salón del Reino formaron parte del proyecto.
Foto:Retrato de Felipe IV a caballo, por Velázquez. Museo del Prado.
Casón del Buen Retiro
En la calle de atrás, Felipe IV, vemos uno de los pocos edificios que ha sobrevivido hasta hoy, el Casón del Buen Retiro. Este fue concebido como Salón de Embajadores y, si el término se hubiera usado ya por aquel entonces, sería un espacio polivalente. Al menos a lo largo de sus casi 400 años de vida ha sido salón de baile, teatro, cuartel napoleónico, sala del Estamento de Próceres, Real Gabinete Topográfico, gimnasio del príncipe de Asturias, sede de la Exposición Artística e Industrial, museo de Reproducciones Artísticas, e incluso garaje de la CNT durante la guerra civil. Historia.
Foto: Casón del Buen Retiro en la actualidad.