Se armó el Belén
Y no era Navidad
Una capilla dedicada a
la Virgen de Belén es la responsable del nombre de esta calle que Beatriz Ramírez de Mendoza, condesa de Castelar, mandó construir en esta zona.
Aquel lugar era conocido por celebrar la Navidad con una especie de romería tradición que, de alguna manera, hemos heredado.
Tal fue la vocación de la condesa que, al enviudar, decidió hacerse monja.
Foto: Beatriz Ramírez de Mendoza. Retrato anónimo Biblioteca Nacional de España.
Esta espiritualidad contrasta con lo que se cuenta que ocurría en la legendaria vivienda madrileña “Tócame Roque” situada en la esquina de la calle.
Foto: Vuelco de tranvía en la casa "Tócame Roque". Año 1912
Hablan de una corrala habitada por más de setenta familias en la que el silencio y la tranquilidad no estaban muy presentes.
Puede que ésa fuera la causa del accidente sufrido por un tranvía contra su fachada en el año 1912.
Foto: Periodistas de la época en el lugar del accidente del tranvía. Calles Belén y Fernando VI. Año 1912
Hacia finales del S.XIX se solicitó el derribo del inmueble lo que provocó tensiones entre los vecinos e hizo que el proceso se alargara. Entonces surgió un litigio entre los hermanos Juan y Roque, que se disputaban una herencia que, al estar mal redactada, no dejaba claro quién de los dos hermanos era finalmente el afortunado. Ésto hizo popular el diálogo: «tócame a mí», contestándole el otro, «no, tócame a mí Roque».
La Casa de Tócame Roque también es un dicho popular que ha sido constatado por la Real Academia Española de la Lengua, que lo define como “aquella en que vive mucha gente y hay mala dirección y el consiguiente desorden”.
Por algo será….
Mas tranquilidad se respiraba en sus vecinas calles Barquillo y Fernando VI en las que palacios y teatros veían pasar el tiempo de otra manera.

Foto: Teatro Infanta Isabel. Calle Barquillo. Año 1914